Por: Juan Carlos Rivas
Este resumen ayuda a captar la
intensidad, el pragmatismo y la fuerza dramática de una de las obras románticas
más ancestrales de la literatura Hindú: “Nala y Damayanti” expresando de una
manera breve y directa la historia antes mencionad que junto al relato llamado
“Savitrí” expresa la significación de la Mujer como símbolo de equilibrio y
complemento.
Había una vez un rey llamado Nala quien
aún no tenía esposa, fue así que, buscándola escuchó de Damayanti, hija de
Bhima, rey de Vidarbha, quien al mismo tiempo buscaba esposo para su hija.
Conoció a Nala y le pareció que no había nadie mejor que él para su hija.
Mientras tanto, Damayanti, un día de esos
había bajado al lago a jugar en el agua, allí se había encontrado con un cisne
que se había alimentado con flores de loto, jugando lo atrapó echando sobre él
su vestido. Sabiéndose atrapado, el cisne se comunicó con ella y, a cambio de
su libertad le ofreció la posibilidad de encontrarse con Nala quien era
codiciado por las doncellas las que lo llevaban en sus corazones insertados
como collar de méritos. “Tú eres digna de él y él digno de tí, por eso, para
unión de iguales, me ofrezco de mensajero de amor entre ustedes”. Así aceptó
Damayanti el trato comprometiéndose a no recibir a otro que a Nala.
Por su parte, Nala apenas divisó al
cisne, le arrojó su ropaje por curiosidad y lo atrapó. Inmediatamente el
cisne habló: “Rey Nala, vengo de parte de Damayanti, la más hermosa de las
doncellas y el mejor adorno de la tierra a quien incluso los dioses pretenden,
ella se enamoró de ti al yo hablarle de tus virtudes y prometió ser tu esposa.”
Nala, flechado por el dios del amor
respondió: “qué afortunado soy, mis deseos han sido escuchados”
Anhelosa, Damayanti uso una estratagema y
por boca de su madre pidió a su padre que se celebrara la ceremonia de
svayambara para encontrar a Nala. Así fue que se envió el mensaje a todos los
reyes de la tierra, Nala montó su carruaje y partió hacia el reino de Bhima.
Mientras tanto, los dioses del viento, de
la muerte y del fuego se cruzaron en el camino de Nala y le ofrecieron una
treta, que Damayanti escogiera entre ellos a su esposo. “Entre nosotros, tú te
volverás invisible, los mortales sufren la muerte, nosotros no, podrás entrar en
sus aposentos sin que ella te vea”. Le ofrecieron la inmortalidad a cambio de
jugar esta treta, y Nala, la aceptó.
Nala efectivamente entró invisiblemente
en su habitación y le ofreció la inmortalidad tal como los dioses se lo habían
propuesto, Damayanti lo escuchó, pero se negó a aceptar el trato. “Mi esposo
será Nala, mortal, no tengo necesidad de los dioses”. Nala regresó donde los
dioses dando la respuesta de Damayanti, éstos entendieron la voluntad de
Damayanti y ofrecieron a Nala sus poderes: “nosotros acudiremos a ti, aún
sólo cuando nos pienses, tú qué dices la verdad”.
Después de esto, los dioses, no conformes
con respetar la voluntad de Damayanti, tomaron la forma de Nala y se
presentaron en la ceremonia de svayambara. La princesa, uno a uno descartó a
los otros candidatos hasta que se encontró con otros tantos iguales en
apariencia a Nala e inmediatamente pensó que era una ilusión óptica que le
jugaban los lokapalas (dioses). “¿cómo es posible este engaño? mi pensamiento
siempre ha sido para con Nala y no aceptaré a ningún otro, cualquiera es un
extraño para mi. Deberán mostrarme su cuerpo.” Los dioses, al instante
recuperaron su propia forma y se marcharon. Nala y Damayanti se casaron.
En el camino de regreso, los dioses se
encontraron con los malvados Kali y Dvapara, quienes al ser informados de lo
ocurrido y cómo esta muchacha había vencido en su propia treta a estos dioses
poderosos, juraron vengarse separando a la feliz pareja.
Así Damayanti se fue a vivir con su esposo
a su reino, tuvieron dos hijos y su amor fue el más grande que jamás se hubiera
visto hasta entonces.
Mientras tanto, Kali y Dvapara estudiaban
a Nala buscando algún punto débil. Nala era un hombre entero que vivía según
los textos sagrados, pero un día, embriagado, se quedó dormido antes de hacer
su oración del crepúsculo ni lavarse los pies. En ese estado de debilidad e
impureza, Kali entró en el cuerpo de Nala quien ya no pudo actuar
correctamente, sino como Kali le ordenaba. Jugaba a los dados, se divertía con
las sirvientas, se dedicaba a dormir durante el día y velaba en la noche, se
apropiaba injustamente de riquezas y se ganaba el miedo y disgusto de los
buenos y el respeto de los malos.
Pushcara, hermano de Nala, también había
sobrepasado el camino de los buenos y el maldito Dvapara entró en su cuerpo
haciendole actuar el mal. Así, un día los hermanos entraron en una fiera
disputa por causa de un toro. Pushcara se negaba a otorgárselo a Nala y lo retó
a que se lo ganara en el juego. Los hermanos comenzaron a jugar todas sus
posesiones y Nala, en pocos días perdió lo suyo. Pushcara imprecó a Nala a
apostar a su misma esposa Damayanti, pero él se negó, sus hijos, damayanti los
había enviado a cada de su padre antes de esto, y a los esposos no les quedó
otro camino que alejarse de esas tierras perdidas y se adentraron al bosque
cansados y hambrientos. Desesperado Nala, enseñó a Damayanti el camino a la
casa de su padre y la abandonó en silencio durante la noche. Damayanti no pudo
tolerar esa decisión conociendo a su esposo… “¡qué me importa mi vida, que los
dioses te ayuden a ti, si es que yo soy casta!” imprecó severamente.
Damayanti tomó el camino de regreso a la
casa de su padre con mucha dificultad, la fuerza de su castidad la protegía y
jamás perdió su devoción por su marido. Un cazador la salvó de una serpiente y
se enamoró de ella, pero quedó, por ello convertido en cenizas. Por azar se
unió a una caravana y la hija de una reina la encontró y la llevó a su palacio,
la reina la respetaba, “mi esposo me ha abandonado” repetía Damayanti.
Cuando el rey Bhima se enteró de lo
ocurrido, mandó a buscar a Nala y a Damayanti por todo el mundo. Encontró a
Damayanti en la corte de esta reina. Pero Nala, seguía en el bosque, una
serpiente le pidió un favor, y él se lo concedió a cambio, la serpiente lo
mordió convirtiéndole en un ser feo y oscuro. “¿Cómo me paga el favor que le he
hecho?” La serpiente le respondió: “la fealdad conviene para vivir en secreto y
para el éxito de los propósitos de los grandes, toma estas prendas purificadas
por el fuego, cuando te las pongas recobrarás tu hermosa apariencia”.
Siguió su camino Nala, y entró en el
palacio de un rey de esos lugares y se ganó el puesto de cocinero. Mientras
tanto los mensajeros del rey Bhima seguian buscándolo y se enteraron de ese
cocinero que tenía muchas cualidades similares a las de Nala. Damayanti
sospechó de inmediato que Nala podía estar escondiéndose bajo el aspecto de ese
cocinero y preparó todo para que llegara al palacio de su padre, y una vez allí
le hizo pasar unas cuentas pruebas para comprobar su verdadera identidad hasta
que el mismo Nala se reveló. “¿Cómo te ha podido ocurrir esto?” le preguntó
Damayanti, “por haberme abandonado te ocurrieron tantas desgracias”. Nala conservaba
las prendas de fuego que le había otorgado la serpiente y al vestirse con ellas
recobró su bella apariencia. Al ver a Nala en su verdadera apariencia, floreció
rápidamente la cara de loto de damayanti y el fuego de su miseria se extinguió
en el agua de sus ojos.
Kali, ya había salido del cuerpo de Nala: ”
entré en tu cuerpo pot envidia porque Damayanti te había escogido a ti, por eso
perdiste tu gloria mediante el juego, la serpiente cuando te mordió no te
quemó, pero a mi si, verás, lo que es felicidad para unos es daño para
otros. Me voy, tengo otras oportunidades de hacer el mal con otros.”
Dpavara salió del cuerpo de Pushcara,
hermano menor de Nala quien logró recobrarlo sano y salvo, entonces humilde
ahora Pushcara, junto con Nala, se repartieton el reino y vivieron felices
todos correctamente.
Siempre me gustaron las leyendas, pienso
que es decir con poesía y adornos de epopeyas lo cotidiano, la vida de todos
los días de cada uno. Creo que si prestáramos atención, nos daríamos cuenta que
todos llevamos un par de leyendas con nosotros, en nuestro mismo ser. Lo más
interesante es que nuestra vida no sea puro cuento, y que con gracia podamos
dejar como parte de nuestra herencia una historia, una leyenda, una huella en
este mundo para los que vienen después de nosotros…
Esta historia me encanta al igual que El anillo de Sakuntala y otras historias Indues, me recuerdan mis años de secundaria en los cuales las leia en el libro Flor de Leyendas. Y se volvieron mis favoritas...😙🤗😍
ResponderEliminarP.D.M gustaria saber si hay algun video o pelicula. Gracias!!!.