Existe dentro de nuestra visión occidental un prejuicio erróneo al hablar de la cultura hindú y tiene que ver con sus dioses. La cultura hindú puede tener el apodo de la religión de los mil dioses, sin embargo, debemos estar conscientes que eso no los vuelve una cultura politeísta.
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Sílaba sagrada del nombre de Dios: OM. Dicha con la vibración correcta ayuda a encontrar la unidad divina. Es símbolo del hinduismo. |
Para los seguidores del hinduismo todos los dioses son en realidad parte de uno solo. Esa noción de unidad los ayuda a explicar incluso sus mitos de creación.
En las Upanishads leemos que: Al principio todo era Atman y todo lo que surgió después deriva de una división de esta. El mundo hinduista ha nacido del cuerpo de sus dioses y en ellos encuentra su alimento. Todo el camino hinduista se encuentra marcado por una búsqueda de unión de nuevo con ese ser supremo, esa es la verdadera inmortalidad.
En las Upanishads leemos que: Al principio todo era Atman y todo lo que surgió después deriva de una división de esta. El mundo hinduista ha nacido del cuerpo de sus dioses y en ellos encuentra su alimento. Todo el camino hinduista se encuentra marcado por una búsqueda de unión de nuevo con ese ser supremo, esa es la verdadera inmortalidad.
En cuanto a los dioses que dominan esta gran exhibición encontramos tres fundamentales (facetas del mismo dios, obviamente): Brahma, creador; Vishnú, conservador; Shiva, el destructor. El hinduismo nos presenta dioses ambivalentes porque todo es parte del equilibro, realmente no hay bien ni mal... todos somos parte del mismo universo. Almas rodando en el samsara.
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