HISTORIA DE LA INDIA
La historia de la India se remonta a antes de 1947, año en el que se constituyó en una nación tras independizarse. Además, la época precedente a 1945 es inseparable de la historia del subcontinente asiático al cual pertenece esta nación.
La civilización neolítica (Edad de Piedra reciente) del III milenio a. C. se extendía en lo que hoy es Pakistán y la zona noroeste de la República de la India. La civilización védica se extendió durante el I milenio a. C. sobre todo por el norte de la India, el Panyab y la llanura del Ganges.
Al principio del período de los Reinos Medios, el norte de la India estaba dominada por los arios, mientras que en el sur era prominente la cultura dravidiana. A partir del siglo X, los imperios islámicos se establecieron en el noroeste de India, culminando con la era mogul.
La historia colonial de la India comienza en el siglo XVII y se extiende hasta el control de la revuelta por parte de los británicos en 1857. La independencia resultó en la división del Raj británico en tres Estados, es decir India, Pakistán y Bangladesh.
CULTURA DEL VALLE DEL RÍO INDO
La transición entre comunidades agrícolas a comunidades urbanas más complejas comenzó entre el periodo de Mehrgarh y el 3000 a. C. Este periodo marcó el principio de una sociedad urbana en India, conocida como la civilización del valle del Indo, también llamada civilización Harappa, la cual llegó a su máximo desarrollo entre en el XIX a. C.
Estaba centrada entre los ríos Sáraswati y el Indo y se extendía hasta las zonas de Ganges-Iamuná Doab, Guyarat y el norte de Afganistán.
Esta civilización se hizo notar por las ciudades que construyó con ladrillos, con sistema de drenajes y casas con múltiples habitaciones. Las referencias históricas más antiguas son las de Meluhla en los registros de los sumerios. Comparado con las civilizaciones de Egipto y Sumeria (anteriores en varios siglos), la civilización del Indo contaba con una planificación urbana bastante avanzada y con sistemas de medición sorprendentemente uniformes.
Las ruinas de Mohenjo Daro fueron en alguna ocasión el centro de esta sociedad. Los poblados de la civilización del Indo se extendían hasta Bombay en el sur, hasta Delhi en el este, hasta la frontera con Irán en el oeste y hasta el Himalaya en el norte. En su apogeo se estima que esta región tuvo una población de más de cinco millones de habitantes.
Entre las poblaciones existían centros urbanos de cierta importancia tales como los de Mojensho Daro, Dholavira, Ganweriwala, Lothal y Rakhigarhi.
A la fecha, se han encontrado más de 2500 ciudades y poblados, principalmente en la orilla Este del río Indo en Pakistán, a lo largo de lo que puede haber sido el río védico Sáraswati. Se piensa que los cambios geológicos y del clima fueron los responsables de haber secado el río Sáraswati, lo que creó la aridez de la región actual y la desaparición de la civilización en esa región.
Estudios arqueológicos sugieren que las civilizaciones del valle del Indo dependían de los suelos de aluvión de los ríos, lo cual producía alto rendimientos en las cosechas de cereales, granos y otros. Para el siglo XXVIII a. C. es evidente la presencia de un Estado organizado, con reglas jerárquicas y obras públicas de mayor envergadura. A mediados del II milenio a. C., la región del valle de los ríos, donde se estaban ubicados las dos terceras partes de los poblados encontrados, se secaron y los poblados fueron abandonados.
LA ERA VÉDICA
La civilización védica es una cultura indoaria descrita en textos compuestos en sánscrito védico (un idioma relacionado con la familia indoeuropea). El origen de esta cultura no es bien conocido, pero sí se sabe que originalmente era una sociedad pastoral que se convirtió posteriormente, en una sociedad agrícola compuesta de cuatro varnas (castas).
Los primeros textos de esta primitiva religión védica eran los cuatro Vedas (de mediados del II milenio a. C.).
LOS INICIOS DEL PAÍS
En el año 600 a. C. existían dieciséis monarquías hereditarias en la planicie del Indo-Ganges extendiéndose desde Afganistán hasta Bangladés. Las naciones más grandes eran Magadha, Kosala, Kuru y Gandhara. El derecho al trono, no importa cómo se hubiese logrado, era legitimado por los sacerdotes bráhmanas, quienes componían genealogías ficticias, dándole al rey orígenes divinos (unos decían descender de la dinastía del Sol y otros de la Luna).
Los sacrificios védicos de animales eran complicados y sólo podían ser realizados por la casta sacerdotal.
El lenguaje de la corte en aquella época era el sánscrito, existiendo diferentes dialectos en el norte de la India conocidos como prácritos (luego devenidos en lenguas vulgares, en oposición al sánscrito de los textos sagrados).
En el siglo V a. C., Gautama Buda crea el budismo, el cual inicialmente iría a suplementar el dharma hindú védico. En ese mismo periodo, Majavirá fundó el yainismo. Ambas doctrinas eran simples y se predicaban en prácrito, lo cual ayudó a su aceptación entre las masas. Si bien el yainismo tuvo un impacto limitado, el budismo se extendió al Tíbet, Sri Lanka y al sudeste de Asia.
Se cree que en este periodo se compusieron las Upanishads, o escrituras filosóficas del hinduismo, que se refieren principalmente a temas religiosos.
Alrededor del año 500 a. C., la región del valle del Indo fue invadida por Darío I, el rey persa, el cual convirtió a la India en una satrapía del Imperio aqueménida. Los persas designaron a Taxila como la capital, pero su influencia fue marginal y duró sólo 150 años.
Alejandro Magno los derrotó en el siglo IV a. C., cruzando las montañas del Hindu Kush, invadiendo lo que es hoy en día Pakistán. Sin embargo, las costosas campañas contra las fuerzas de Magadha y el desaliento en sus tropas, obligó a Alejandro a replegarse después de haber llegado al río Beas en Panyab. Designó a gobernadores griegos para gobernar la nueva provincia adquirida, abriendo rutas de comercio entre la India y Grecia. El reino de Alejandro el Magno ocupó la porción norte de la península india y se convirtió en una nación marítima importante que comerciaba con Egipto y el Sudeste de Asia.
EL IMPERIO MAGADHA
Shahrukh Khan en la piel de Asoka, adaptación al cine
Entre los 16 reinos Majayanapadas, tuvo prominencia el de Magadha bajo un número de dinastías que llegaron a su apogeo bajo el reinado de Ashoka, uno de los emperadores más legendarios y famosos de la India. Este imperio se formó tras la conquista de dos reinos adyacentes y poseía un fuerte poderío bélico.
LA DINASTÍA SHISHUNAGA
La dinastía Shishunaga fundó el Imperio magadha en el año 684 a. C., siendo la capital Pataliputra (cercana a la actual Patna). Esta dinastía duró hasta el año 424 a. C. cuando fue desalojada por la dinastía Nanda.
Fue en este período donde nacieron dos de las mayores religiones de la India, el budismo y el yainismo, mencionados con anterioridad.
LA DINASTÍA NANDA
La dinastía Nanda fue establecida por un hijo ilegítimo del rey Majanandin de la dinastía Shishunaga. Majapadma Nanda murió a la edad de 88 años, reinando la mayor parte de los cien años que duró esta dinastía.
LA DINASTÍA MAURYA
En el año 321 a. C., el general exiliado Chandragupta Maurya derrocó al rey de Dhana Nanda, estableciendo el Imperio Mauria. Chandragupta fue sucedido por su hijo Bindusara, quien expandió el imperio hasta llegar a dominar la mayor parte del subcontinente, excepto por los extremos sur y este de la India. Durante este periodo, por primera vez, el subcontinente fue gobernado centralizadamente por un solo gobierno.
El reino fue heredado por su hijo Ashoka, quien también trató de expandirlo. Después de una encarnizada guerra tras la invasión de Kalinga, Ashoka renunció a la violencia, convirtiéndose al budismo. Los edictos de Ashoka son los documentos preservados más antiguos de la India. Bajo su reinado se propagó el budismo a través del sudoeste de Asia, cambiando la historia y el desarrollo de esta región.
También en este periodo se compusieron dos poemas épicos, el Ramaiana y el Majábharata, este último considerado como el segundo poema más largo del que se tiene conocimiento (luego de los Cuentos tibetanos de Gesar). En este texto se menciona por primera vez al dios Krisná. El Bhagavad-guitá, un básico texto doctrinal del hinduismo, está contenido en el Majábharata.
También en este periodo se compusieron dos poemas épicos, el Ramaiana y el Majábharata, este último considerado como el segundo poema más largo del que se tiene conocimiento (luego de los Cuentos tibetanos de Gesar). En este texto se menciona por primera vez al dios Krisná. El Bhagavad-guitá, un básico texto doctrinal del hinduismo, está contenido en el Majábharata.
LA DINASTÍA SHUNGA
La dinastía Shunga fue establecida en el año 185 a. C., 50 años después de la muerte de Ashoka, cuando el rey Brihad Ratha, el último de la dinastía mauria, fue brutalmente asesinado por el jefe de las fuerzas militares, Púshiamitra Shunga, el cual ascendió al trono.
LOS REINOS MEDIOS
Los Reinos Medios, particularmente los asociados con la dinastía Gupta, son también conocidos como la «era dorada» de la India, dado que fue una época de desarrollo cultural incomparable. Los kushanas invadieron el noroeste de la India en la mitad del siglo I d. C. desde el Asia Central y fundaron un imperio que se extendía desde Peshawar hasta la mitad de la cuenca del río Ganges y posiblemente hasta la Bahía de Bengala. También incluía Bactria (en el norte de Afganistán y sur de Tayikistán). Su poderío llegó a extenderse por el Turquestán y ayudaron a propagar el budismo en China.
En la India surgieron varios reinos. El más antiguo es el reino de Pandy, al sur de Tamil Nadú, siendo la capital Madurai. Los reinos indo-griegos que surgieron después de la conquista de Alejandro Magno, gobernaron Gandhara desde el año 180 a. C. hasta el 10 d. C. Por esa época comenzó a tomar forma el reino dravídico Pandia, en el sur de la India.
EL IMPERIO SATAVAJANA
Los satavajanas, también conocidos como los andharas, fueron una dinastía que gobernó el sur y centro de India al comienzo del año 230 a. C. Si bien no se sabe con exactitud cuánto duró esta dinastía, las estimaciones más liberales indican que pudo haber durado unos 450 años. Antes de su desaparición, sin embargo, el reinado se había desintegrado en diferentes Estados, lo cual unido a las ambiciones de los regentes feudales, ocasionó su declive.
IMPERIO KUSHAN
El Imperio kushana, que reinó durante el periodo entre el siglo I y el III d. C., se extendió desde Tayikistán hasta el mar Caspio y desde Afganistán hasta el valle del río Ganges. El imperio fue creado por tocarios en lo que es hoy Turkestán (en el este de China), pero era culturalmente dominado por la India del norte. Tenía contactos diplomáticos con Roma, Persia y China y por varios siglos estuvo en el centro del comercio entre el Oriente y Occidente, expandiendo el budismo a través de China.
DINASTÍA GUPTA
Durante el siglo IV y V la dinastía Gupta unificó la India.
Durante este periodo, denominado la «era de oro» de la India, la cultura, ciencia y administración política hindú alcanzó su apogeo. Después de su caída en el siglo VI, la India se dividió nuevamente en numerosos reinos regionales.
El origen de esta dinastía no es bien conocido, aunque el viajante chino I'tsing habla de este imperio, así como los Puranas hinduistas también hacen referencia a él. El imperio llegó a su fin después del ataque de los hunos del centro de Asia.
Unos descendientes menores del clan Gupta siguieron gobernando Magadha después de la desintegración del imperio. Estos Guptas fueron finalmente derrocados por el rey Jarsha Vardhana, que estableció a mediados del siglo VII un imperio que rivalizó con el de los Guptas, si bien fue de corta duración.
En la época final de los Reinos Medios surgió el reino de Chola en la zona norte de Tamil Nadu y el reino de Chera en Kerala. Los puertos del sur de la India comerciaban activamente con el Imperio romano y con el sudeste de Asia, principalmente en especias. En el norte, el primero de los Rajputs, una serie de reinados se consolidaron y llegaron a sobrevivir por cerca de un milenio hasta la independencia de India de la dominación británica.
El rey jarsha de Kannauj logró reunificar el norte de la India durante su reinado en el siglo VII. Su reino colapsó después de su muerte.
Desde el siglo VII al IX, tres dinastías lucharon por el control del norte de la India; los Pratajaras de Malwa y después Kannauj; los Palas de Bengala y los Rashtrakutas de Deccan.
El Imperio chalukia regentó parte del sur de la India desde 550 a 750 d. C. y nuevamente de 970 a 1190. Los pallavas regentaban otras partes de ese territorio durante periodos similares. Durante un periodo de aproximadamente un siglo ambos reinos tuvieron diversas guerras menores, conquistando uno la capital del otro en diversas ocasiones.
Los reyes de Sri Lanka y de Kerelan Cheras le dieron soporte a los pallavaras, mientras que los pandias respaldaron a los chalukias. Si bien la idea de un Imperio indio originada en el norte de la India había sido descartada al final del Imperio jarsha, ese concepto se trasladó al sur. Estas dos dinastías son bien conocidas por los templos hechos sobre rocas.
Los Pratiharas, también llamados Gurjara-Pratiharas fue una dinastía india que gobernó varios reinos en el norte de la India desde el siglo VI al XI. El Imperio pala controló Bengala y Bijar desde el siglo VIII hasta el siglo XII.
Los rashtrukas fueron una dinastía que reinó el Deccan desde el siglo VIII al siglo X después de la caída del imperio Chalukya. Estos tres reinos se disputaron el dominio del norte de la India en el tiempo en que los Cholas prosperaban en el sur.
Los primeros reinos Rajput de los que se tiene conocimiento surgieron en Rayastán en el siglo VI y esta dinastía reinó la mayor parte del norte de la India, incluyendo Guyarat (Solankis), Malwa (Paramaras), Bandelkhand (Chandelas) y Haryana (Tomaras).
La dinastía Pallava de Kanchipuram gobernó el sureste de la India entre los siglos IV y IX. Los Pratihara habían reinado la India antes que los Rajputs.
Varias otras dinastías tales como los Yadav, Chera, Hoysala, Sena y Pala controlaron varios reinos durante esta era.
Las primeras incursiones del Islam en el Sur de Asia aparecen en el primer siglo después de la muerte del profeta Mahoma. El califa omeya de Damasco, Walid I, envió una expedición a Beluchistán y Sindh en el año 711 liderada por Muhammad bin Qasim (cuyo nombre fue dado al segundo puerto de Karachi).
La expedición llegó hasta el norte en Multan, pero no logró retener la regencia de dicha región, ni establecer el régimen islámico en otras partes de India. Sin embargo, la presencia de una colonia musulmana en Sindh permitió el desarrollo del comercio y el intercambio cultural, así como la propagación de la religión islámica a través de conversiones en algunas partes de la India.
Tres siglos después, los turcos, persas y afganos intentaron conquistar la India a través de las rutas del noroeste. Mahmud de Ghazni (979-1030) encabezó una serie de expediciones contra los reinos de Rajput y estableció una base en Panyab para futuras incursiones.
Durante los últimos 25 años del siglo XII, Muhammad de Ghor invadió la planicie del Indo-Ganges conquistando Ghazni, Multan, Sindh, Lahore y Delhi. Uno de sus generales, Qutab-ud-din Aybak, se proclamó sultán de Delhi. En el siglo XIII, Shams ud din Iltumish (1211-1236), anteriormente un traficante de esclavos, estableció el reino turco de Delhi, lo cual permitió a otros sultanes en los 100 años siguientes a extenderse, llegando al este a Bengala y al sur hasta Deccan. Este sultanato estuvo sujeto a continuas conmociones, al punto que cinco dinastías surgieron y sucumbieron; la dinastía Slave (1206-90), la dinastía Khalji (1290-1320), la dinastía Tughlaq (1320-1413), la dinastía Sayyid (1414-51) y la dinastía Lodi (1451-1526). La dinastía Khalji bajo 'Ala ud-Din (1296-1315) logró regentar el sur de la India por un tiempo, pero las luchas internas desmembraron las áreas conquistadas rápidamente. El poder en Delhi frecuentemente se lograba a través de la violencia —16 de los 35 sultanes regentes en esa época fueron asesinados— y legitimados a través de lealtades tribales. Las luchas internas y las intrigas en la corte era tan frecuentes como traicioneras; los territorios que controlaba el sultán se expandían y se reducían dependiendo de su personalidad y fortuna.
Tanto el Corán como el Sharia (ley islámica) trataron de sustituir la religión hindú, pero sin mucho éxito. El sultán Ala ud-Din trató de instalar un sistema centralizado de gobierno, lo cual no logró. Si bien los musulmanes introdujeron mejoras en la agricultura, mediante la construcción de canales y otros métodos de irrigación, la inestabilidad política y los métodos de cobro de impuestos influyeron negativamente sobre la clase campesina. Sin embargo, los elevados gastos de las clases aristocráticas favorecieron al comercio en esta área, en donde se vieron favorecidos los artesanos que trabajan el metal y la piedra y los textileros. Durante este periodo la lengua persa y muchos aspectos culturales de Persia se hicieron presentes en los centros de poder de la India.
El fracaso de los sultanes de asegurarse el dominio de Deccan y del Sur de la India resultó en la aparición de una serie de dinastías tales como el Sultanato de Bahmani (1347-1527) y el imperio hindú de Vijayanagara (1336-1565).
Unos descendientes menores del clan Gupta siguieron gobernando Magadha después de la desintegración del imperio. Estos Guptas fueron finalmente derrocados por el rey Jarsha Vardhana, que estableció a mediados del siglo VII un imperio que rivalizó con el de los Guptas, si bien fue de corta duración.
ÚLTIMOS REINOS MEDIOS. LA ERA CLÁSICA
En la época final de los Reinos Medios surgió el reino de Chola en la zona norte de Tamil Nadu y el reino de Chera en Kerala. Los puertos del sur de la India comerciaban activamente con el Imperio romano y con el sudeste de Asia, principalmente en especias. En el norte, el primero de los Rajputs, una serie de reinados se consolidaron y llegaron a sobrevivir por cerca de un milenio hasta la independencia de India de la dominación británica.
EL IMPERIO JARSHA
El rey jarsha de Kannauj logró reunificar el norte de la India durante su reinado en el siglo VII. Su reino colapsó después de su muerte.
Desde el siglo VII al IX, tres dinastías lucharon por el control del norte de la India; los Pratajaras de Malwa y después Kannauj; los Palas de Bengala y los Rashtrakutas de Deccan.
LOS CHALUKIAS Y LOS PALLAVAS
El Imperio chalukia regentó parte del sur de la India desde 550 a 750 d. C. y nuevamente de 970 a 1190. Los pallavas regentaban otras partes de ese territorio durante periodos similares. Durante un periodo de aproximadamente un siglo ambos reinos tuvieron diversas guerras menores, conquistando uno la capital del otro en diversas ocasiones.
Los reyes de Sri Lanka y de Kerelan Cheras le dieron soporte a los pallavaras, mientras que los pandias respaldaron a los chalukias. Si bien la idea de un Imperio indio originada en el norte de la India había sido descartada al final del Imperio jarsha, ese concepto se trasladó al sur. Estas dos dinastías son bien conocidas por los templos hechos sobre rocas.
LOS PRATIHARAS, PALAS Y RASTRAKUTAS
Los Pratiharas, también llamados Gurjara-Pratiharas fue una dinastía india que gobernó varios reinos en el norte de la India desde el siglo VI al XI. El Imperio pala controló Bengala y Bijar desde el siglo VIII hasta el siglo XII.
Los rashtrukas fueron una dinastía que reinó el Deccan desde el siglo VIII al siglo X después de la caída del imperio Chalukya. Estos tres reinos se disputaron el dominio del norte de la India en el tiempo en que los Cholas prosperaban en el sur.
LOS RAJPUTS
Los primeros reinos Rajput de los que se tiene conocimiento surgieron en Rayastán en el siglo VI y esta dinastía reinó la mayor parte del norte de la India, incluyendo Guyarat (Solankis), Malwa (Paramaras), Bandelkhand (Chandelas) y Haryana (Tomaras).
La dinastía Pallava de Kanchipuram gobernó el sureste de la India entre los siglos IV y IX. Los Pratihara habían reinado la India antes que los Rajputs.
Varias otras dinastías tales como los Yadav, Chera, Hoysala, Sena y Pala controlaron varios reinos durante esta era.
LOS SULTANATOS ISLÁMICOS
Las primeras incursiones del Islam en el Sur de Asia aparecen en el primer siglo después de la muerte del profeta Mahoma. El califa omeya de Damasco, Walid I, envió una expedición a Beluchistán y Sindh en el año 711 liderada por Muhammad bin Qasim (cuyo nombre fue dado al segundo puerto de Karachi).
La expedición llegó hasta el norte en Multan, pero no logró retener la regencia de dicha región, ni establecer el régimen islámico en otras partes de India. Sin embargo, la presencia de una colonia musulmana en Sindh permitió el desarrollo del comercio y el intercambio cultural, así como la propagación de la religión islámica a través de conversiones en algunas partes de la India.
Tres siglos después, los turcos, persas y afganos intentaron conquistar la India a través de las rutas del noroeste. Mahmud de Ghazni (979-1030) encabezó una serie de expediciones contra los reinos de Rajput y estableció una base en Panyab para futuras incursiones.
EL SULTANATO DE DELHI
Durante los últimos 25 años del siglo XII, Muhammad de Ghor invadió la planicie del Indo-Ganges conquistando Ghazni, Multan, Sindh, Lahore y Delhi. Uno de sus generales, Qutab-ud-din Aybak, se proclamó sultán de Delhi. En el siglo XIII, Shams ud din Iltumish (1211-1236), anteriormente un traficante de esclavos, estableció el reino turco de Delhi, lo cual permitió a otros sultanes en los 100 años siguientes a extenderse, llegando al este a Bengala y al sur hasta Deccan. Este sultanato estuvo sujeto a continuas conmociones, al punto que cinco dinastías surgieron y sucumbieron; la dinastía Slave (1206-90), la dinastía Khalji (1290-1320), la dinastía Tughlaq (1320-1413), la dinastía Sayyid (1414-51) y la dinastía Lodi (1451-1526). La dinastía Khalji bajo 'Ala ud-Din (1296-1315) logró regentar el sur de la India por un tiempo, pero las luchas internas desmembraron las áreas conquistadas rápidamente. El poder en Delhi frecuentemente se lograba a través de la violencia —16 de los 35 sultanes regentes en esa época fueron asesinados— y legitimados a través de lealtades tribales. Las luchas internas y las intrigas en la corte era tan frecuentes como traicioneras; los territorios que controlaba el sultán se expandían y se reducían dependiendo de su personalidad y fortuna.
Tanto el Corán como el Sharia (ley islámica) trataron de sustituir la religión hindú, pero sin mucho éxito. El sultán Ala ud-Din trató de instalar un sistema centralizado de gobierno, lo cual no logró. Si bien los musulmanes introdujeron mejoras en la agricultura, mediante la construcción de canales y otros métodos de irrigación, la inestabilidad política y los métodos de cobro de impuestos influyeron negativamente sobre la clase campesina. Sin embargo, los elevados gastos de las clases aristocráticas favorecieron al comercio en esta área, en donde se vieron favorecidos los artesanos que trabajan el metal y la piedra y los textileros. Durante este periodo la lengua persa y muchos aspectos culturales de Persia se hicieron presentes en los centros de poder de la India.
LOS SULTANATOS DEL SUR
El fracaso de los sultanes de asegurarse el dominio de Deccan y del Sur de la India resultó en la aparición de una serie de dinastías tales como el Sultanato de Bahmani (1347-1527) y el imperio hindú de Vijayanagara (1336-1565).
Zafar Khan, un gobernador provincial bajo los Tughluqs, se rebeló contra los turcos y se proclamó Sultán tomando el título de Ala-ud-Din Bahman Shah en 1347. El Sultanato de Bahmani, localizado al norte de Deccan, duró cerca de dos siglos, hasta que fue fragmentado en 1527 en cinco Estados menores conocidos como los sultanatos de Decán (Bijapur, Golconda, Ahmednagar, Berar y Bidar). El sultanato de Bahmani adoptó los métodos de cobro de impuestos y de administración establecido por los sultanes de Delhi y su caída fue originada por la competencia y odio entre los inmigrantes musulmanes y hindús conversos con extranjeros y oficiales en servicios temporales. El sultanato de Bahmani inició un proceso cultural importante particularmente en la arquitectura y la pintura.
El Imperio vijayanagara (conocido así por el nombre su capital la cual actualmente se denomina Karnataka) se expandió rápidamente hacia Madurai al sur y Goa al oeste. Sus gobernantes siguieron las prácticas de los Cholas, especialmente en la agricultura y comercio, promoviendo las asociaciones comerciales y honrando los templos con importantes dádivas. Existía, por otra parte, una fuerte rivalidad con el sultanato de Bahmani por el control sobre el valle del río Krishna-Tungabhadra, el cual cambiaba de dominio en función al poderío militar del momento. Las asociaciones de mercaderes lograron bajo este imperio un gran auge, al punto que lograron mayor poder que los terratenientes y los brahmanes en la corte. El comercio pasó eventualmente a manos de extranjeros, en donde árabes y portugueses competían para controlar los puertos occidentales. En 1510 Goa pasó a ser colonia portuguesa.
La ciudad de Vijayanagara contenía numerosos templos con ricos ornamentos y diversos altares para los dioses. Entre los más conocidos está el templo dedicado a Virupaksha, una de las manifestaciones de Shiva, el principal dios de los regentes de Vijayanagar. Los templos fueron un núcleo de diversas actividades culturales e intelectuales, si bien estas actividades estaban basadas más en las tradiciones locales que en la realidad política del momento. No había, sin embargo, intercambio cultural con los musulmanes, por cuanto estos eran considerados como impuros y por tanto excluidos de entrar en los templos. Cuando los regentes de los cinco sultanatos de Deccan se unieron y atacaron Vijayanagara en 1565, el imperio se derrumbó en la batalla de Talikot.
A principios del siglo XVI, los descendientes de Genghis Khan invadieron a través del Paso de Khyber y establecieron la dinastía mogul, que duró 200 años. Este imperio reinó en el norte del subcontinente indio desde 1526 y comenzó a declinar lentamente después de 1707 para finalmente desaparecer tras la Guerra de Independencia de 1857. Este periodo tuvo importantes repercusiones sociales al ser una mayoría hindú gobernada por emperadores mogoles, algunos de los cuales patrocinaron la cultura hindú, mientras que otros destruyeron templos y establecieron impuestos a los habitantes no musulmanes. Durante la fase de decadencia del Imperio mogol, que en su apogeo llegó a tener las dimensiones del antiguo Imperio mauria, surgieron varios reinatos para llenar el vacío que dejó la desaparición de dicho imperio.
Los jefes tribales de Maratha estaban al servicio de los sultanes de Bijapur al oeste de Deccan en la época en que estaban asediados por los mogoles. Shivaji Bhonsle (1627-80), un feroz combatiente reconocido como el «padre de la nación maratha» aprovechó este conflicto y estableció su principado cerca de Pune, que posteriormente se convertiría en la capital de Maratha. Adoptando tácticas guerrilleras, atacaba las caravanas para incrementar su poder en dinero, armas y caballos. Shivaji atacó con éxito a enclaves mogoles, incluyendo el puerto de Surat. En 1674 asumió el título de «Señor del Universo» en una pomposa coronación, la cual señaló su determinación de retar al poderío mogol, así como restablecer el reino hindú en Majarashtra, de donde era originario. Aurangzeb peleó tenazmente a los sucesores de Shivaji entre 1681 y 1705, pero eventualmente retrocedió al norte de la India cuando sus finanzas comenzaron a verse afectadas por esta lucha y los miles de muertos ocasionados por la guerra y otras calamidades. En 1717 un emisario mogol firmó un tratado con los Marathas otorgándoles el dominio sobre Deccan a cambio del reconocimiento del reino Mogol y la remisión de ciertos impuestos anuales. Sin embargo, prontamente los Marathas capturaron Malwa, Orissa y Bangala del dominio Mogol. El sur de la India también cayó bajo el poder de los Marathas. El reconocimiento de su poder político finalmente ocurrió cuando el emperador mogol les invitó a que actuaran como auxiliares de los asuntos internos del imperio, así como solicitó su ayuda para sacar a los afganos de Panyab.
Los Maratha a pesar de su poderío militar no parecían demostrar una buena administración de la nación, ni para introducir cambios socioeconómicos necesarios. Una de sus características fue la conquista de nuevos territorios lo que en ocasiones les enfrentó a los campesinos de los territorios conquistados. Los Marathas mantuvieron varias guerras con las fuerzas coloniales británicas (ver Primera Guerra Anglo-Maratha). Paulatinamente comenzó a debilitarse su poderío y fueron derrotados por los afganos en la sangrienta batalla de Panipat en 1761. Esto dio origen a una división del reino en cinco Estados independientes. El último Peshwa, Baji Rao II, fue derrotado por las tropas británicas en la Tercera guerra anglo-maratha, pero la memoria de Shivaji dejó las heridas abiertas, y a finales del siglo XIX, una ola de revoluciones socio-políticas provocaron la transformación completa del Estado y la República de la India.
La derrota de los Maratha a manos de los afganos aceleró la separación de Panyab de Delhi y ayudó en crear el reinado sij en el noroeste de la India. El movimiento sij se originó en el siglo II d. C., pero no tuvo mayor relevancia sino en los siglos XV y XVI, cuando las enseñanzas de los gurús sijs atrajeron a los campesinos de las regiones del norte. Siendo perseguidos por los mogoles, los sijs, bajo el mando del Gurú Gobin Singh formó lo que se dominó el jalsa o Ejército de los Puros. El jalsa se rebeló contra la represión económica y política de los Mogoles en Panyab al final del reinado de Aurangzeb. Con tácticas de guerrillas, aprovecharon la inestabilidad política creada por las guerras de los mogoles con los afganos y persas, enriqueciéndose y expandiendo su control territorial. En 1770, la hegemonía sij se extendía desde el río Indo (en el Oeste) hasta el río Iamuná (en el Este) y desde Multan en el sur hasta Jammu en el norte. Pero los sijs, al igual que los majarathas, eran un conglomerado desunido de doce reinos que confrontaban continuas luchas internas. Fue Ranjit Singh (1780-1839) quien promovió la unidad de los sijs y la convivencia con los hindús y musulmanes. Ranjit Singh empleó oficiales europeos e introdujo una estricta disciplina militar que le permitió expandir su territorio a partes de Afganistán, Cachemira y Ladaj.
La búsqueda de la riqueza y el poder atrajo a los europeos a las costas de la India. En 1498, Vasco de Gama, el navegante portugués llegó a Calicut (actualmente Kozhikode, Kerala) en la costa occidental. En la búsqueda de especias y conversos al cristianismo, los portugueses retaron la supremacía árabe en el Mar de Arabia y en el golfo Pérsico. En 1510 los portugueses se apoderaron de Goa, ciudad que se convirtió en el centro de su poder comercial y político en la India y que controlaron por cerca de cuatro siglos y medio.
La competencia entre las naciones europeas ocasionó la fundación de compañías de comercio en Inglaterra (La East India Company, fundada en 1600) y en Países Bajos (Verenigde Oos-Indische Compagnie - Compañía Unida del Este de India - fundada en 1602). Estas compañías tenían como misión capturar el comercio de las especias, rompiendo en monopolio portugués en Asia. Si bien los holandeses, con mayor capital y soporte de su gobierno, se adelantaron y eventualmente excluyeron a los ingleses del comercio de las especias en las Indias Orientales, principalmente en lo que es hoy Indonesia, ambas compañías establecieron su presencia a lo largo de la costa de India. Ya en 1609 los holandeses usaron varios puertos en la Costa Coroman del al sur de India, especialmente Pulicat, a 20 km al norte de Madrás, en donde comerciaron con esclavos para sus plantaciones en Indonesia y con algodón para sus fábricas de telas.
Los ingleses llegaron más tarde y fue en 1639 que se establecieron en Madrás. Los regentes indios de la época vieron con beneplácito la llegada de los holandeses e ingleses con la esperanza de enfrentarlos a los portugueses. En 1619, Yahan Guir les dio permiso para comerciar en su territorio de Surat (en Guyarat) en la costa occidental y Hughli (en Bengala) en la costa oriental. Estos y otros lugares en la península, se convirtieron en centros de comercio de especias, algodón, azúcar, pimienta e índigo.
Los agentes de las compañías inglesas se familiarizaron con las costumbres y lenguas indias, incluyendo el persa que era el idioma oficial bajo el reino de los mogoles. En diversas formas los agentes ingleses en aquella época vivían como los indios, mezclándose en matrimonio y muchos de ellos nunca regresaron a su país de origen. El conocimiento que adquirieron los ingleses sobre India y los acuerdos que llegaron con los comerciantes indios les dieron a los ingleses una ventaja competitiva sobre otros europeos. Los franceses, por su parte, incursionaron en la India en 1664 fundando la Compagnie des Indes Orientales, fundando un enclave en Pondicherry en la Costa Coromandel.
En 1717 el emperador Mogol, Farrukh-siyar le dio a los británicos permiso para establecerse en treinta y ocho pueblos cerca de Calcuta, reconociendo la importancia de mantener continuidad en el comercio de la región de Bengala. Al igual que los holandeses y franceses, los ingleses pagaban con plata y cobre, favoreciendo las arcas de los Mogoles e incrementando el empleo de los artesanos y comerciantes locales. Los poblados fortificados de los ingleses les dio poderes extraterritoriales, lo cual les permitía administrar sus leyes criminales y civiles y ofrecer numerosas oportunidades de empleo, así como asilo, a extranjeros e indios. Las fábricas británicas competían favorablemente con sus rivales en tamaño y la población bajo la influencia inglesa comenzó a aumentar. Las poblaciones originalmente pesqueras de Madrás y Calcuta, así como Bombay cayeron bajo la administración británica. Sus factorías y los lugares adyacentes conocidos como Pueblos Blancos, representaban la preeminencia de los británicos en términos de poder político, social y cultural. Los indios que trabajaban para los ingleses vivían en los denominados Pueblos Negros, a varios kilómetros de las factorías.
La compañía británica comenzó a utilizar a los denominados cipayos, los cuales eran soldados entrenados por europeos, pero dirigidos por indios, para proteger su comercio y para resolver disputas de poder entre los jefes locales. La confrontación entre los franceses y los británicos surgió por primera vez en el sur de la India, en donde se enfrentaron tropas dirigidas por Francois Dupleix y Robert Clive. Ambos bandos quería colocar su candidato como «nawab» o regidor de Arcot, en la zona alrededor de Madrás. En la lucha que se extendió entre 1744 y 1763, los británicos obtuvieron las mayores ventajas después de un tratado de paz firmado en París y finalmente colocaron a su regente. Los franceses e ingleses también respaldaron diferentes facciones en su lucha por la sucesión en el virreinato Mogol de Bengala, siendo Clive quien ganó esta lucha interviniendo exitosamente al derrocar al Nawab Siraj-ud-daula en la batalla de Palashi (a unos 150 km al norte de Calcuta) en 1757. Clive aprovechó astutamente una serie de intereses locales en contra del nawab local incluyendo soldados descontentos y terratenientes y comerciantes que estaban sacando provecho a su relación con los británicos.
Posteriormente, Clive venció a las fuerzas Mogoles en Buxar, al oeste de Patna en Bihar en 1765 y el emperador Sha Alam confirió a los ingleses los derechos administrativos sobre la región de Bengala, Bihar y Orissa, un región con 25 millones de habitantes. Esta concesión estableció de hecho a la compañía británica como el poder soberano sobre la región. Clive fue el primer gobernador de Bengala.
La India fue un punto estratégico para la Gran Bretaña en su penetración en Asia. El dominio Inglés sobre ese territorio y el control de la economía de la India se pudieron consolidar gracias a la construcción de varios Kilómetros de Vías férreas.
EL IMPERIO VIJAYANAGARA
El Imperio vijayanagara (conocido así por el nombre su capital la cual actualmente se denomina Karnataka) se expandió rápidamente hacia Madurai al sur y Goa al oeste. Sus gobernantes siguieron las prácticas de los Cholas, especialmente en la agricultura y comercio, promoviendo las asociaciones comerciales y honrando los templos con importantes dádivas. Existía, por otra parte, una fuerte rivalidad con el sultanato de Bahmani por el control sobre el valle del río Krishna-Tungabhadra, el cual cambiaba de dominio en función al poderío militar del momento. Las asociaciones de mercaderes lograron bajo este imperio un gran auge, al punto que lograron mayor poder que los terratenientes y los brahmanes en la corte. El comercio pasó eventualmente a manos de extranjeros, en donde árabes y portugueses competían para controlar los puertos occidentales. En 1510 Goa pasó a ser colonia portuguesa.
La ciudad de Vijayanagara contenía numerosos templos con ricos ornamentos y diversos altares para los dioses. Entre los más conocidos está el templo dedicado a Virupaksha, una de las manifestaciones de Shiva, el principal dios de los regentes de Vijayanagar. Los templos fueron un núcleo de diversas actividades culturales e intelectuales, si bien estas actividades estaban basadas más en las tradiciones locales que en la realidad política del momento. No había, sin embargo, intercambio cultural con los musulmanes, por cuanto estos eran considerados como impuros y por tanto excluidos de entrar en los templos. Cuando los regentes de los cinco sultanatos de Deccan se unieron y atacaron Vijayanagara en 1565, el imperio se derrumbó en la batalla de Talikot.
LA ERA MONGOL
A principios del siglo XVI, los descendientes de Genghis Khan invadieron a través del Paso de Khyber y establecieron la dinastía mogul, que duró 200 años. Este imperio reinó en el norte del subcontinente indio desde 1526 y comenzó a declinar lentamente después de 1707 para finalmente desaparecer tras la Guerra de Independencia de 1857. Este periodo tuvo importantes repercusiones sociales al ser una mayoría hindú gobernada por emperadores mogoles, algunos de los cuales patrocinaron la cultura hindú, mientras que otros destruyeron templos y establecieron impuestos a los habitantes no musulmanes. Durante la fase de decadencia del Imperio mogol, que en su apogeo llegó a tener las dimensiones del antiguo Imperio mauria, surgieron varios reinatos para llenar el vacío que dejó la desaparición de dicho imperio.
IMPERIO MARATHA
Los jefes tribales de Maratha estaban al servicio de los sultanes de Bijapur al oeste de Deccan en la época en que estaban asediados por los mogoles. Shivaji Bhonsle (1627-80), un feroz combatiente reconocido como el «padre de la nación maratha» aprovechó este conflicto y estableció su principado cerca de Pune, que posteriormente se convertiría en la capital de Maratha. Adoptando tácticas guerrilleras, atacaba las caravanas para incrementar su poder en dinero, armas y caballos. Shivaji atacó con éxito a enclaves mogoles, incluyendo el puerto de Surat. En 1674 asumió el título de «Señor del Universo» en una pomposa coronación, la cual señaló su determinación de retar al poderío mogol, así como restablecer el reino hindú en Majarashtra, de donde era originario. Aurangzeb peleó tenazmente a los sucesores de Shivaji entre 1681 y 1705, pero eventualmente retrocedió al norte de la India cuando sus finanzas comenzaron a verse afectadas por esta lucha y los miles de muertos ocasionados por la guerra y otras calamidades. En 1717 un emisario mogol firmó un tratado con los Marathas otorgándoles el dominio sobre Deccan a cambio del reconocimiento del reino Mogol y la remisión de ciertos impuestos anuales. Sin embargo, prontamente los Marathas capturaron Malwa, Orissa y Bangala del dominio Mogol. El sur de la India también cayó bajo el poder de los Marathas. El reconocimiento de su poder político finalmente ocurrió cuando el emperador mogol les invitó a que actuaran como auxiliares de los asuntos internos del imperio, así como solicitó su ayuda para sacar a los afganos de Panyab.
Los Maratha a pesar de su poderío militar no parecían demostrar una buena administración de la nación, ni para introducir cambios socioeconómicos necesarios. Una de sus características fue la conquista de nuevos territorios lo que en ocasiones les enfrentó a los campesinos de los territorios conquistados. Los Marathas mantuvieron varias guerras con las fuerzas coloniales británicas (ver Primera Guerra Anglo-Maratha). Paulatinamente comenzó a debilitarse su poderío y fueron derrotados por los afganos en la sangrienta batalla de Panipat en 1761. Esto dio origen a una división del reino en cinco Estados independientes. El último Peshwa, Baji Rao II, fue derrotado por las tropas británicas en la Tercera guerra anglo-maratha, pero la memoria de Shivaji dejó las heridas abiertas, y a finales del siglo XIX, una ola de revoluciones socio-políticas provocaron la transformación completa del Estado y la República de la India.
LOS SIJS
La derrota de los Maratha a manos de los afganos aceleró la separación de Panyab de Delhi y ayudó en crear el reinado sij en el noroeste de la India. El movimiento sij se originó en el siglo II d. C., pero no tuvo mayor relevancia sino en los siglos XV y XVI, cuando las enseñanzas de los gurús sijs atrajeron a los campesinos de las regiones del norte. Siendo perseguidos por los mogoles, los sijs, bajo el mando del Gurú Gobin Singh formó lo que se dominó el jalsa o Ejército de los Puros. El jalsa se rebeló contra la represión económica y política de los Mogoles en Panyab al final del reinado de Aurangzeb. Con tácticas de guerrillas, aprovecharon la inestabilidad política creada por las guerras de los mogoles con los afganos y persas, enriqueciéndose y expandiendo su control territorial. En 1770, la hegemonía sij se extendía desde el río Indo (en el Oeste) hasta el río Iamuná (en el Este) y desde Multan en el sur hasta Jammu en el norte. Pero los sijs, al igual que los majarathas, eran un conglomerado desunido de doce reinos que confrontaban continuas luchas internas. Fue Ranjit Singh (1780-1839) quien promovió la unidad de los sijs y la convivencia con los hindús y musulmanes. Ranjit Singh empleó oficiales europeos e introdujo una estricta disciplina militar que le permitió expandir su territorio a partes de Afganistán, Cachemira y Ladaj.
ÉPOCA EUROPEA
La búsqueda de la riqueza y el poder atrajo a los europeos a las costas de la India. En 1498, Vasco de Gama, el navegante portugués llegó a Calicut (actualmente Kozhikode, Kerala) en la costa occidental. En la búsqueda de especias y conversos al cristianismo, los portugueses retaron la supremacía árabe en el Mar de Arabia y en el golfo Pérsico. En 1510 los portugueses se apoderaron de Goa, ciudad que se convirtió en el centro de su poder comercial y político en la India y que controlaron por cerca de cuatro siglos y medio.
La competencia entre las naciones europeas ocasionó la fundación de compañías de comercio en Inglaterra (La East India Company, fundada en 1600) y en Países Bajos (Verenigde Oos-Indische Compagnie - Compañía Unida del Este de India - fundada en 1602). Estas compañías tenían como misión capturar el comercio de las especias, rompiendo en monopolio portugués en Asia. Si bien los holandeses, con mayor capital y soporte de su gobierno, se adelantaron y eventualmente excluyeron a los ingleses del comercio de las especias en las Indias Orientales, principalmente en lo que es hoy Indonesia, ambas compañías establecieron su presencia a lo largo de la costa de India. Ya en 1609 los holandeses usaron varios puertos en la Costa Coroman del al sur de India, especialmente Pulicat, a 20 km al norte de Madrás, en donde comerciaron con esclavos para sus plantaciones en Indonesia y con algodón para sus fábricas de telas.
Los ingleses llegaron más tarde y fue en 1639 que se establecieron en Madrás. Los regentes indios de la época vieron con beneplácito la llegada de los holandeses e ingleses con la esperanza de enfrentarlos a los portugueses. En 1619, Yahan Guir les dio permiso para comerciar en su territorio de Surat (en Guyarat) en la costa occidental y Hughli (en Bengala) en la costa oriental. Estos y otros lugares en la península, se convirtieron en centros de comercio de especias, algodón, azúcar, pimienta e índigo.
Los agentes de las compañías inglesas se familiarizaron con las costumbres y lenguas indias, incluyendo el persa que era el idioma oficial bajo el reino de los mogoles. En diversas formas los agentes ingleses en aquella época vivían como los indios, mezclándose en matrimonio y muchos de ellos nunca regresaron a su país de origen. El conocimiento que adquirieron los ingleses sobre India y los acuerdos que llegaron con los comerciantes indios les dieron a los ingleses una ventaja competitiva sobre otros europeos. Los franceses, por su parte, incursionaron en la India en 1664 fundando la Compagnie des Indes Orientales, fundando un enclave en Pondicherry en la Costa Coromandel.
En 1717 el emperador Mogol, Farrukh-siyar le dio a los británicos permiso para establecerse en treinta y ocho pueblos cerca de Calcuta, reconociendo la importancia de mantener continuidad en el comercio de la región de Bengala. Al igual que los holandeses y franceses, los ingleses pagaban con plata y cobre, favoreciendo las arcas de los Mogoles e incrementando el empleo de los artesanos y comerciantes locales. Los poblados fortificados de los ingleses les dio poderes extraterritoriales, lo cual les permitía administrar sus leyes criminales y civiles y ofrecer numerosas oportunidades de empleo, así como asilo, a extranjeros e indios. Las fábricas británicas competían favorablemente con sus rivales en tamaño y la población bajo la influencia inglesa comenzó a aumentar. Las poblaciones originalmente pesqueras de Madrás y Calcuta, así como Bombay cayeron bajo la administración británica. Sus factorías y los lugares adyacentes conocidos como Pueblos Blancos, representaban la preeminencia de los británicos en términos de poder político, social y cultural. Los indios que trabajaban para los ingleses vivían en los denominados Pueblos Negros, a varios kilómetros de las factorías.
La compañía británica comenzó a utilizar a los denominados cipayos, los cuales eran soldados entrenados por europeos, pero dirigidos por indios, para proteger su comercio y para resolver disputas de poder entre los jefes locales. La confrontación entre los franceses y los británicos surgió por primera vez en el sur de la India, en donde se enfrentaron tropas dirigidas por Francois Dupleix y Robert Clive. Ambos bandos quería colocar su candidato como «nawab» o regidor de Arcot, en la zona alrededor de Madrás. En la lucha que se extendió entre 1744 y 1763, los británicos obtuvieron las mayores ventajas después de un tratado de paz firmado en París y finalmente colocaron a su regente. Los franceses e ingleses también respaldaron diferentes facciones en su lucha por la sucesión en el virreinato Mogol de Bengala, siendo Clive quien ganó esta lucha interviniendo exitosamente al derrocar al Nawab Siraj-ud-daula en la batalla de Palashi (a unos 150 km al norte de Calcuta) en 1757. Clive aprovechó astutamente una serie de intereses locales en contra del nawab local incluyendo soldados descontentos y terratenientes y comerciantes que estaban sacando provecho a su relación con los británicos.
Posteriormente, Clive venció a las fuerzas Mogoles en Buxar, al oeste de Patna en Bihar en 1765 y el emperador Sha Alam confirió a los ingleses los derechos administrativos sobre la región de Bengala, Bihar y Orissa, un región con 25 millones de habitantes. Esta concesión estableció de hecho a la compañía británica como el poder soberano sobre la región. Clive fue el primer gobernador de Bengala.
CONSECUENCIAS DEL COLONIALISMO INGLÉS EN INDIA
La India fue un punto estratégico para la Gran Bretaña en su penetración en Asia. El dominio Inglés sobre ese territorio y el control de la economía de la India se pudieron consolidar gracias a la construcción de varios Kilómetros de Vías férreas.
EL RAJ BRITÁNICO
Es cierto que, en el siglo XVII, Londres reanudó la adquisición de territorios extranjeros suspendida desde la terminación desastrosa de la Guerra de los Cien Años. Pero el "espíritu" de estas conquistas era todavía fundamentalmente el de una época prenacional. Nada confirma esto de manera más asombrosa que el hecho de que la "India" sólo se hiciera "británica" veinte años después del ascenso de Victoria al trono. En otras palabras, hasta después del Motín de 1857, la "India" estuvo gobernada por una empresa comercial, no por un estado, y menos por una nación-estado. Pero el cambio se estaba gestando. Cuando debió renovarse la carta constitutiva de la Compañía de las Indias Orientales en 1813, el Parlamento ordenó la asignación de 100.000 rupias anuales para promover la educación local, tanto "oriental" como "occidental".
En 1823 se creó en Bengala un Comité de Instrucción Pública, y en 1834, Thomas Babington Macaulay fue designado presidente de este comité, quién declaró que "un solo librero de una buena biblioteca europea vale lo que toda la literatura nativa de la India y Arabia". Macaulay publicó al año siguiente de su designación como presidente del Comité de Instrucción Pública su famosa "Minute on Education", logrando que sus recomendaciones se aplicaran de inmediato. Se introdujo un sistema educativo completamente inglés que, en palabras de Macaulay, "crearía una clase de personas, de sangre y color indios, pero de gustos, opiniones, moral e intelecto ingleses". En 1836 Macaulay escribió: "Ningún hindú que haya recibido una educación inglesa se apegará con sinceridad a su religión. Creo firmemente, y siempre he creído, que si se siguen nuestros planes educativos, no habrá un solo idólatra entre las clases respetables de Bengala dentro de treinta años".
La colonización decisiva de los británicos en India comienza a partir de la batalla de Plassey en 1757 después de derrotar al Nawab Siraj Ud Daulah, lo cual les permitió ocupar la región de Bengala. Esta región se constituyó en un protectorado bajo la administración de la Compañía. Desde este estado los británicos expandieron su influencia hacia otras regiones de la India al punto que en 1850 tenían bajo su dominio la mayor parte del subcontinente indio. En 1857 la rebelión de los cipayos —soldados indios al servicio de los británicos— en el norte y centro de la India y su posterior derrota, causó que el Parlamento británico transfiriera el poder político y administrativo de la Compañía a la Corona, siendo ésta la administradora directa de las colonias británicas en aquella región hasta su independencia.
EL MOVIMIENTO INDEPENDENTISTA
Al final del siglo XIX la India, en aquel entonces una colonia británica, dio los primeros pasos hacia la independencia con la designación de consejeros nativos al Virrey de la India y la creación de los concejos provinciales cuyos miembros eran indios. En 1920, el líder indio Mohandas K. Gandhi (también conocido como Majatma [o ‘alma grande’]) transformó el partido del Congreso Nacional Indio en un movimiento de masas en protesta contra la dominación británica.
El movimiento logró su objetivo a través de acciones parlamentarias, resistencia no violenta y desobediencia civil.
Durante este tiempo también ocurrió la emigración de 12 millones de indios y pakistaníes que se desplazaron a la India o a Pakistán. Solo superada en magnitud por el desplazamiento del pueblo soviético a causa de la invasión nazi a la URSS, durante la Segunda Guerra Mundial.
DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Después de la independencia y la partición de la India en la República de la India y Pakistán, por seis semanas, en agosto y septiembre de 1947, los hindúes, sijs y musulmanes lucharon entre ellos en una encarnizada pelea que dejó más de 200.000 muertos.
Desde su independencia la India ha intervenido en cuatro guerras contra Pakistán y una contra China. También detonó una bomba nuclear en 1974 y fue declarada como nación nuclear en 1998.
La primera guerra contra Pakistán comenzó en 1947 por el control de Cachemira, al igual que la de 1965. En 1971, la India acogió a refugiados de Pakistán del Este y ayudó a las fuerzas rebeldes de esa región en su lucha por la independencia de la nación que se conoce hoy en día como Bangladés. En 1971, durante la fase final de esa guerra la India intervino directamente en la contienda, lo que originó la derrota de Pakistán y la independencia de Bangladés. En 1962 la India también se enfrentó militarmente a China por problemas fronterizos.
Comenzando con una economía inspirada en ideas socialistas después de la salida de los británicos, la India fue progresando lentamente. Fueron las reformas económicas adoptadas a principios de la década de 1990 las que impulsaron a la India a un crecimiento económico más agresivo. Actualmente la India se considera como una nación emergente con un gran potencial de desarrollo.
De hecho en términos de PNB es actualmente la décima potencia más grande del mundo. Los economistas predicen que, al ritmo actual de crecimiento, hacia el año 2020 India se convertirá en el país más poblado de la Tierra, y en el 2050 en la tercer mayor economía del mundo.
De hecho en términos de PNB es actualmente la décima potencia más grande del mundo. Los economistas predicen que, al ritmo actual de crecimiento, hacia el año 2020 India se convertirá en el país más poblado de la Tierra, y en el 2050 en la tercer mayor economía del mundo.
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